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El relato de los familiares detalla que el pequeño salió a jugar con sus amigos de la colonia y se encontraron un cohete de vara que no explotó en alguna celebración de la alcaldía, casa comunal o de una iglesia católica cercanas a su vivienda.

Por narraciones de los vecinos conocieron que el niño habría encendido el artefacto explosivo, con el afán de lanzarlo al cielo, pero le estalló en la mano. 

El infante está ingresado en el Hospital de Niños Benjamín Bloom desde el jueves pasado; como parte de la atención que recibió, fue operado y le hacen curaciones, informó Enrique Mitjavila, jefe de residentes de Cirugía del centro médico.

Con el caso del menor, sube a cuatro la cifra de niños quemados por pólvora en la temporada de fin de año 2012. 

Tres niños han sido atendidos en el Hospital Bloom, y en las próximas horas sería remitida, desde San Miguel, una niña de 10 años que sufrió la perforación del tímpano debido a la explosión, lo que también le provocó una hemorragia, detalló Mitjavila. 

En tanto, el niño que pasó a segundo grado es optimista, cuatro días después de lo ocurrido dice que quiere aprender a escribir con la mano izquierda y ya comenzó a practicar. Ayer coloreó un libro que le proporcionaron las enfermeras de Cirugía Plástica. 

Los familiares del menor hicieron un llamado a las instituciones que utilizan pólvora en sus celebraciones para que tengan más cuidado sobre las varas que no explotan y la pólvora que utilizan en sus festejos, con el fin de evitar otras tragedias. 

Los cohetes de vara, al igual que los morteros, son calificados por algunos médicos como “bombas” en manos de niños.

En 2011, un total de 181 personas resultaron con quemaduras por pólvora. La cifra representa 37 casos más que en 2010, según las estadísticas nacionales. 

La ministra de Salud, María Isabel Rodríguez, ha expresado en reiteradas ocasiones que lo ideal sería que se prohibiera la manipulación de la pólvora. Hoy será oficializada la campaña “Navidad sin niños quemados”.